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TATI ALLENDE. UNA REVOLUCIONARIA OLVIDADA

14.01.2018 02:10

Tati Allende una revolucionaria olvidada

Su autor Marco Álvarez, director de la Fundación Miguel Enríquez, fue quien decidió emprender la escritura de “Tati Allende. Una revolucionaria olvidada”, en momentos en que investigaba la vida del fundador del MIR: “Beatriz se volvía a aparecer en los pasajes más importantes de la historia reciente, apoyando la gesta guevarista en Bolivia, siendo la más leal colaboradora de su padre durante el gobierno de la UP, articulando a las izquierdas para impulsar un frente común en el exilio. En ese camino me pregunté por qué nadie se ha centrado en recuperar su historia. ¿Qué hay detrás del silencio de Tati?”.

En el volumen se pueden reconocer las múltiples dimensiones de la “hija guerrillera” de Allende. Militante del Partido Socialista, tuvo un rol destacado en Chile para el Ejército de Liberación Nacional conducido por el “Che”, se casó con un miembro de los servicios de inteligencia cubana, y acompañó a su padre en La Moneda hasta su último día, a pesar de tener un embarazo de siete meses.

“La Tati fue socialista pero también media mirista, media guevarista, media allendista. Nadie sospechaba de que ella caminara por todos esos senderos, porque le era natural. Por eso Salvador Alllende le deja el mandato de articular a las izquierdas en el exilio. Si uno ve el contexto político actual, este legado es fundamental a la hora de construir proyectos transformadores hacia el futuro”, dice el autor.

Según explica el libro, Beatriz fue la hija favorita de Allende, algo que marcó su vida y también su muerte. Al llegar su padre a La Moneda en 1970, ella se convirtió en su más cercana asesora en la Secretaría Privada de la Presidencia, donde estrechó lazos con Miria Contreras, la “Payita”, y fue clave en las negociaciones entre su padre y la extrema izquierda chilena.

Nunca se perdonó el haber salido de La Moneda por petición de Allende y cuatro años después del Golpe de 1973, luego de innumerables giras por Europa organizando sin mucho éxito la solidaridad en el exilio contra la dictadura de Pinochet, Beatriz Allende se suicidó en La Habana, confiando sus hijos, Maya (hoy diputada) y Alejandro (residente en Nueva Zelanda), a Mitzi Contreras, hermana de “Payita” y quien sería para ellos una segunda madre.

“El hecho de haberse suicidado la marginó al silencio, además era mujer y la revolución ha sido históricamente patrimonio masculino. Pero también la izquierda es responsable, durante la Transición, de no volver sobre su figura. La Tati incomoda en tiempos como el nuestro porque representa la dimensión más revolucionaria de Salvador Allende”, indica Álvarez.

El libro “Tati Allende. Una revolucionaria olvidada” ya fue presentado por el autor, hace unos días, en Casa de las Américas en Cuba. Específicamente en “Casa Tomada”, encuentro de la intelectualidad latinoamericana donde participaron más de 100 jóvenes de todo el continente.

“Presentar el libro en la Habana fue hacer el recorrido de vuelta y una buena oportunidad, a 40 años de su muerte, para recuperarla de las cloacas del olvido. Recuperar a Tati tiene sentido, no sólo por su aporte histórico en los convulsionados procesos recientes, sino porque su legado político es fundamental para las nuevas generaciones de luchadores sociales: fue políticamente radical sin ser sectaria, atributo que muy pocos revolucionarios tuvieron en el Siglo XX y, a la vez, tuvo la capacidad de articulador a las diferentes izquierdas en Chle”, concluye el autor.

 

Tati Allende

 

HOY EN HORAS DE LA TARDE PARTIÓ LA MAMA LUCIA CORDERO ROMERO, COMO LE DECÍAN SUS NIETOS ( 88 AÑOS)

06.12.2017 07:48

 

Lucia Cordero Romero

Lucia Adriana Cordero Romero, mi madre después de una larga enfermedad partió a su descanso y el encuentro con seres queridos que aun en su agonía repitió sus nombre uno a uno.

De la comuna de Quinta de Tilcoco, sector de la Puente Alta, familia campesina muy numerosa.

Siendo muy joven emigró a Santiago a trabajar en busca de oportunidades, es cuando conoce a mi padre siendo yo el fruto de ese amor y construcción de una familia donde llegarían después mis dos hermanas Mariciela y Lorena.

Mujer de esfuerzo y creatividad, bordadora de manteles, cantos en el ámbito familiar, amasadora de pan amasado, tortillas, pan de leche, queques y sus sabrosas comidas con lo que tuviera a mano, costurera y creadora de juguetes a mano las famosas peponas para sus nietos.

Siempre estregando el cariño a sus hijos, recordando a sus hermanos con quienes ahora se encuentra.

Mami era quitadita de bulla, pero activa en lo que tenia que hacer, siendo un niño pequeño sufrí un accidente quedando pegado a cables eléctricos con mis dos manos detrás de la casa, ella sintió que yo estaría en peligro y me vio echando humo por mis manos hasta verse los huesos, corrió a la calle , se colgó en el cable que venia desde la calle cortando con su peso estos salvándome la vida, algo que jamas se me olvidara, los médicos dijeron que fué un milagro que no me había electrocutado.

Para el golpe de estado de 1973, en la noche llegué a  casa con otro compañero, después de caminar a escondidas kilómetros varias horas desde Tomas Moro donde había combatido, nos recibió con una rica sopa caliente y nos dormimos de cansancio y afectado por lo ocurrido, al día siguiente no teníamos ropa para vestirnos, resultados era que ella había escuchado por radio un bando de fusilar en el acto a quien estuviera con ropas militares.

Ella había quemado de madrugada pantalones, camisas y bototos, salio a conseguirnos ropa con un querido vecino que vendía los domingo el SIGLO en la población. después llegaron los compañeros del MIR, mi amigo y hermano Hernan Perez Santo, detenido desaparecido.

Durante mi exilio con prohibición de regreso, como a los tres años se las arreglo vía otro país para hacerme saber sobre mi hijo Max, la familia y los compañeros de la población La Estrella.

Sus gestiones en la Vicaria de la Solidaridad fue vital para que me permitieran regresar a Chile.

Ella hacía lo que tenía que hacer.

La mamá Lucia, tenia dos cosas inclaudicable, el amor a los niños principalmente a sus nietos y las plantitas, donde quiera que fuera tenia que traer patillitas y hacer sus jardines con especial cariño.

No puedo dejar de compartir , su profundo espíritu solidario con las personas en desmendro, siendo una constante el acopio de alimentos y ropa para los mas necesitados.

ELLA ERA MI MADRE, LOS MEJORES RECUERDOS, VALIOSO EJEMPLO, COMO MUCHOS VIEJITOS LINDOS MAS DE TRES MILLONES EN ESTE CHILE TAN INGRATO.

Su hijo MIGUEL FARIAS C.

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