Memoria y Lucha

HÉROE INTERNACIONALISTA: ELMO CATALÁN AVILÉS

03.02.2018 16:41
Héroe Internacionalista: Elmo Catalán Avilés

"Héroe Internacionalista: Elmo Catalán Avilés."

La controvertida muerte del  “Che”  Guevara acaecida el 8 de Octubre de 1967 en la localidad de La Higuera, Bolivia, produjo un inmenso impacto en todo el mundo, y en lugar de poner punto final a su trayectoria de líder de la revolución mundial, lo convirtió, por el contrario, en una figura popular y mítica en toda América Latina y en el orbe entero.

Su retrato dio la vuelta al mundo, sus postulados, su ejemplo y consecuencia fueron las cualidades que la juventud de todos los rincones del planeta recogió e hizo suyas.

En esos años, fines de los sesenta, vieron aparecer diversos movimientos, Mayo 68 en Francia, reforma universitaria en Chile, por ejemplo, que colocaron a la juventud como protagonista de un proceso de cambios en la sociedad. En Chile, esta actitud se reflejaba en todos los ámbitos, incluso en el musical con la aparición de nuevas tendencias como la Canción de Protesta, la Nueva Canción o simplemente temas populares como “La Juventud” interpretada por el grupo uruguayo Los Iracundos en que se pregonaba “Salvaremos nuestro mundo / que girando mal da vueltas /.../ Natural es que luchemos / por un mundo mejor / con la fuerza que nos da / la juventud.” Un buena parte de los jóvenes quiso que “estas esperanzas de jóvenes” fueran más que un sueño, e influenciados por los triunfos en Cuba, Argelia y la lucha en Vietnam, formaron diversas agrupaciones políticas del tipo revolucionario en todas partes del mundo.

Era una época donde se iban a definir muchas cosas y cada uno tomaba partido. Muchos pensaban que era hora de conquistar el poder y veían con admiración los intentos guerrilleros del “Ché” y de otros combatientes. Así, dejando de lado la parte romántica de este compromiso, jóvenes chilenos y latinoamericanos siguieron su senda y empuñaron las armas tratando de construir una sociedad mejor, una sociedad socialista con un hombre nuevo

A la muerte de Ernesto Guevara, en Chile ya existían varias agrupaciones revolucionarias que seguían los principios del “guerrillero heroico”: “Crear dos, tres, muchos Vietnam”, entre ellas estaba el MIR, Movimiento de Izquierda Revolucionaria que se había creado en Agosto de 1965, uno de sus militantes, Rigoberto Zamora Sasso, cayó muerto en Cochabamba en Agosto de 1969. En el Partido Socialista de Chile se había formado una tendencia, el ELN (Ejército de Liberación Nacional), que postulaba los principios  del “Che”. De estas organizaciones surgen varios militantes que tomaron el camino trazado por el guerrillero argentino-cubano en Bolivia. Entre ellos figuran Julio E. Zambrano Acuña (“Eugenio”), Hernán Ampuero (“Pedro”), Tirso Montiel Martínez, un ex-oficial de Carabineros (“Pablo”) y el ariqueño Elmo José Catalán Avilés, todos ellos militantes del ELN chileno.

 

Su juventud

Elmo Catalán Avilés nació en Arica hacia 1932. Efectuó la enseñanza primaria en las Preparatorias (hoy Enseñanza Básica) del Liceo Coeducacional que funcionaba en la calle Sotomayor esquina Patricio Lynch y cuyo edificio cayó bajo los efectos del temblor del 23 de Junio del 2001. Cursó sus Humanidades (la actual Enseñanza Media) en el mismo establecimiento educacional. Obtuvo su Bachillerato para ingresar posteriormente a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile que hacía poco tiempo había iniciado la formación universitaria de los futuros periodistas. Durante sus estudios, se destacó por sus escritos en los que cuestionaba la prensa masiva como modelo comunicativo.

El joven Catalán se graduó en 1956 con excelentes calificaciones y en mérito a esos resultados ganó una beca para recorrer Europa, así como gran parte de América Latina. Su Memoria de Prueba, “La Propaganda, instrumento de presión política” refleja cabalmente su posición revolucionaria como hombre y periodista comprometido. Se trata de una denuncia y descarnado análisis de las estructuras de poder en la prensa chilena. En 1970 su trabajo fue publicado por Ediciones El Umbral.

“El Perno”, como lo bautizaron sus compañeros por su abundante cabellera siempre bien peinada, fue igualmente profesor de Periodismo Interpretativo en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile a los pocos años de su egreso.

 

El periodista comprometido

Políticamente, Elmo se inició en las filas de las Juventudes Comunistas, pero muy pronto las abandonó para incorporarse al Partido Socialista que estaba más cercano de sus ideales. En su desempeño profesional, trabajó como reportero en Radio Minería y Radio Balmaceda. También se desempeñó como documentado analista económico de Ultima Hora, colaborador de Vistazo, corresponsal de la agencia noticiosa Prensa Latina y como cronista en El Siglo. Fue precisamente en los talleres gráficos donde se imprimía este cotidiano comunista, la Imprenta Horizonte en calle Lira Nº 363 en Santiago, que Catalán junto a otros trabajadores, fue detenido por la policía política apoyada por efectivos del Ejército en la madrugada del 3 Abril de 1957. En el transcurso de una ola de manifestaciones se produjeron en la capital a consecuencia del alza de las tarifas de la locomoción colectiva. Durante las protestas varias personas resultaron muertas, entre ellas un obrero y una joven estudiante universitaria, además decenas de heridos graves.

La Imprenta Horizonte fue saqueada y destruida, abriéndose posteriormente un sumario contra los jefes policiales y militares que participaron en el operativo.

El joven reportero ariqueño y otros quince detenidos por las mismas razones, fueron conducidos a Arica el 6 de Abril en un avión de la FACH custodiados por cinco funcionarios de la policía civil. Iban en calidad de relegados por orden del presidente de la República, el General Carlos Ibáñez del Campo, a localidades del interior de la zona norte. Elmo y otros cuatro de sus camaradas fueron conducidos a Belén, los restantes fueron repartidos entre los pueblos de Codpa y Putre. Sin embargo, poco tiempo estuvieron en la precordillera, ya que el 15 del mismo mes fueron trasladados a Santiago y de ahí enviados a Curepto a cumplir la pena de relegación impuesta por el gobierno.

Un par de meses después, ya la normalidad restablecida, Elmo regresa a su ciudad natal y dicta una conferencia explicando los sucesos de Abril, de los cuales fue testigo y protagonista. También abordó también el asunto del Puerto Libre de Arica que estaba en plena actualidad y discusión.

Continuó su carrera periodística ejerciendo en los medios de comunicación anotados anteriormente, pero sin dejar de lado su fuerte compromiso político. De esta manera participó activamente en las campañas electorales del FRAP, que agrupaba las fuerzas políticas de la izquierda chilena. En la de 1958 fue Jefe de Prensa de la candidatura de Salvador Allende a la Presidencia de la República. Al mismo tiempo se dedicó a actividades de tipo gremial asesorando a la Confederación de Trabajadores del Cobre de la cual también dirigió su publicación, “El Cobre”.

Conjuntamente con la política, su interés se centraba también en los aspectos económicos de nuestro país, así junto al economista Mario Vera publicó “La Encrucijada del Cobre”, siendo también autor de numerosos ensayos en torno a nuestra minería.

En 1967 siendo el secretario privado del senador y Secretario General del PS Carlos Altamirano, tuvo la ocasión de reunirse con dos mensajeros del ELN boliviano que buscaban ayuda para rescatar a tres combatientes cubanos que sobrevivieron a la emboscada del 8 de Octubre de 1967 en la Quebrada del Yuro. Gracias a las gestiones realizadas por Salvador Allende, presidente del Senado en esos años, el día 16 se logró rescatar a los fugitivos y facilitarles el regreso a Cuba. Este contacto con guerrilleros sería primordial para la decisión que tomaría Elmo en poco tiempo más.

 

El guerrillero

Repentinamente, a mediados de 1969, Elmo Catalán, dejó de lado su máquina de escribir y su grabadora. A su familia le comunicó que se iba a Francia a especializarse en su profesión, pero en realidad el viaje sólo llegó hasta Buenos Aires. De ahí se supone que, junto a otros voluntarios, viajó a Cuba y luego a Bolivia para integrarse a Ejército de Liberación Nacional del cual Guido“Inti” Peredo Leigue había asumido el relevo encontrándose bastante debilitado por la muerte del “Che” y sus compañeros. A partir de ese momento Elmo se transformó en “Ricardo”, un combatiente clandestino más.

Todo había comenzado con la visita a Chile de Jaime Barrios Meza a fines de 1966 con una misión confidencial del “Che”. Jaime Barrios, economista chileno, estuvo muy cerca del líder revolucionario argentino-cubano ya que fue uno de sus asesores cuando éste fue presidente del Banco Nacional y luego Ministro de Industrias de Cuba.

En Santiago, Barrios se reunió con grupos de militantes miristas, comunistas y socialistas para invitarlos a participar en el proyecto de lucha armada que abarcaría la zona andina del cono sur del continente americano. Pero no encontró mucho eco, por distintas razones, y tan sólo un grupo de militantes socialistas inició la tarea de organizarse como la sección chilena del ELN, siendo Elmo Catalán Avilés uno de sus integrantes.

Una vez en actividad en Bolivia, integrando el Estado Mayor del ELN, los azares de la vida ilegal llevaron a Catalán a frotarse varias veces con la muerte. En una ocasión queriendo acompañar a“Inti” en una misión, éste se lo prohibió. Ese mismo día, el líder boliviano cayó ultimado por las fuerzas de seguridad bolivianas junto al grupo que lo acompañaba. Algunos amigos de Elmo decían que siempre lamentó el hecho de no haberse encontrado ahí.

El compromiso político de Catalán, su entrega a la organización y su capacidad política eran a tal punto intensas que, luego de la muerte de “Inti” el 9 de Septiembre de 1969, su nombre se vislumbró como candidato a la dirección del movimiento clandestino, pero diversas apreciaciones, entre ellas su nacionalidad, hicieron que “Chato” Peredo, hermano menor de “Inti”, fuera finalmente elegido.

En Abril de 1970, después de más de un año de silencio, Elmo dirige una carta “a mi madre, hijos, hermanos, tíos y demás familiares” donde les comunica que está en Bolivia y les explica las profundas razones de su compromiso ideológico, de la decisión adoptada y de su firme convicción que la revolución chilena pasa por el triunfo sobre el imperialismo norteamericano en Bolivia. “No somos buscadores de gloria. Simplemente combatimos para destruir esta sociedad corrompida y opresora y para construir un mundo nuevo, sin explotadores ni explotados. Un mundo donde no existan injusticias ni humillaciones, donde todos tengan iguales oportunidades, donde el hombre, como dice Che, no sea lobo del hombre.” Al despedirse utiliza su nombre de guerra, “Ricardo”“porque el antiguo también quedó sepultado en el pasado”. En la posdata agrega “Hay algo más- y bastante grande- que me une profundamente a esta tierra. Amo a una combatiente del ELN  y tendré un hijo boliviano. Soy feliz.”

 

Su extraña muerte

De la actividad de Elmo en las filas del ELN en Bolivia se sabe muy poco, escasamente se conoció su nombre de guerra, “Ricardo”. Dos periodistas bolivianos, Adolfo Mier Rivas y Juan Carlos Gumucio efectuaron una acuciosa investigación sobre los últimos días de vida del revolucionario chileno. Los párrafos que van a continuación están basados en gran parte en ese trabajo.

El día 12 de Junio de 1970, tres cazadores que buscaban algunas presas en el cerro San Pedro, a unos 8 kilómetros de Cochabamba, encontraron en el túnel El Abra que une el Río Rocha a la laguna Alalay, el cadáver de un hombre envuelto en frazadas atadas con cuerdas de nylon. Inmediatamente dieron cuenta a la DIC (Dirección de Investigación Criminal), la policía política local.

Los funcionarios policiales trasladaron el cuerpo de un hombre alto y delgado, cuyas facciones eran irreconocibles porque estaban cubiertas de sangre coagulada, al Hospital Viedma y retornaron al sitio del hallazgo para efectuar una inspección más detallada. En el recorrido efectuado por los detectives encontraron restos de rudimentarias antorchas que les hizo suponer que el o los autores del homicidio habían entrado más al interior del túnel. Los funcionarios siguieron la pista y a poco andar se encontraron con una sorpresa, un segundo “bulto” idéntico al anterior, pero esta vez el cadáver correspondía al de una mujer joven.

Mientras todo esto ocurría, el prefecto de Cochabamba Mayor Abel Martínez, recibía la visita de Adolfo Tezanos Pinto, Secretario Ejecutivo de la FUL-Federación Universitaria Local- que le denunció el desaparecimiento desde hacía cinco días de Genny Köller, alumna del cuarto año de Arquitectura y dirigente estudiantil de su facultad. La autoridad le manifestó que nada sabía del asunto, y así era  efectivamente, ya que sólo vino a enterarse al anochecer cuando fue puesto al corriente por el propio jefe de la DIC.

Al mismo tiempo, un corto comunicado llegaba a las redacciones de los diarios y emisoras firmado con las siglas del ELN en que esta organización denunciaba a la opinión pública la desaparición de dos de sus militantes activos, Genny Köller y Elmo Catalán Avilés. La nota también señalaba que ambos habrían sido secuestrados por organismos de seguridad del gobierno apoyados por agentes de la CIA y exigía que el asunto se investigara y se aclarara.

Y así comenzó la enredada trama. Diversas versiones, del propio ELN y autoridades policiales, no logran aclarar el porqué y por quienes fue asesinada la pareja. Las dudas se acentuaron con un segundo comunicado del ELN en el que señaló que ambos combatientes habían sido asesinados por uno de sus militantes, pero más tarde la organización nuevamente responsabilizó a la CIA y al gobierno boliviano.

Un mes después, en Julio de 1970, guerrilleros bolivianos llegados a Arica traían otra versión de los hechos relatando que Elmo estaba encargado de resolver los asuntos relacionales al interior del grupo clandestino. Aníbal Crespo, un integrante bastante conflictivo, habría reaccionado violentamente a una sanción disciplinaria y habría dado muerte a Elmo y a su compañera, lo que estaría corroborado por el segundo parte del ELN. Lo curioso del asunto es que según este mismo parte del ELN, Elmo habría recibido tres balazos que la autopsia no había constatado. Por otro lado, diarios chilenos aseguraban que los dos militantes habrían fallecido a causa de las torturas a las que fueron sometidos. ¿Quién decía la verdad?

Los sucesos siguieron desarrollándose, al día siguiente se hizo pública la información del hallazgo y gracias a algunos periodistas se pudo identificar los dos cuerpos: ya no cabían dudas, se trataba de Genny Köller y de Elmo Catalán. El informe médico de la autopsia reveló que la joven había fallecido tres o cuatro días antes (8 o 9 de Junio), que tenía dos meses de embarazo, que había sido salvajemente torturada y violada y que su muerte se habría producido por una hemorragia interna ocasionada por un fuerte golpe en la base del cráneo. De Elmo sólo decía que había fallecido de causas indeterminadas, aunque existen fuertes presunciones que su deceso tendría como causa la aplicación de co-rriente eléctrica, método habitual utilizado por los agentes de CIA para “liquidar” revolucionarios en Bolivia, según lo denunció más tarde Antonio Arguedas, ex-ministro del gobierno de la época. Sin embargo, estudiantes universitarios hicieron sus propios análisis, cuyos resultados aún guardan celosamente.

Los cuerpos de la pareja fueron velados en la Universidad Mayor de San Simón y el lunes siguiente en la mañana fueron trasladados al Cementerio General, acompañados de una inmensa multitud.

Mas tarde se reveló que Genny y Elmo, quien ya tenía tres matrimonios anteriores, habían contraído nupcias revolucionarias. Para los familiares de ambos, fue toda una sorpresa al  enterarse de este compromiso, a través de la misiva anteriormente mencionada.

Genny tenía sólo 22 años al momento de su muerte, nacida en Cochabamba había ingresado a la Universidad de San Simón a estudiar Arquitectura. Fue dirigente activa de la Federación Universitaria de Cochabamba y Presidenta del Comité Promotor de la Mujer, organización que ella misma fundara. Su nombre de guerra al interior del ELN, era “Victoria”.

El asesinato de los dos miembros del ELN desató violentas manifestaciones de parte de los estudiantes en La Paz, Potosí, Santa Cruz, Cochabamba y Sucre, en las que el Ejército boliviano intervino dejando 5 muertos y más de 40 heridos.

En Chile los sectores periodísticos y la juventud también reaccionaron airadamernte. Los estudiantes de la Escuela de Periodismo salieron a las calles el 15 de Junio para protestar por la muerte de su colega y el 19 fue el turno de los alumnos del Instituto Pedagógico.

Entretanto, el Cónsul Adjunto de Chile Manuel Gallardo, el presidente del Colegio de Periodista de Chile Alfredo Olivares Román y un hermano de Elmo, Gustavo Catalán Avilés acompañado de un primo, habían llegado a la ciudad boliviana de Cochabamba para efectuar indagaciones sobre el deceso del periodista chileno y, en lo posible, trasladar el cuerpo a su ciudad natal, Arica.

Las gestiones fracasaron, recibiendo los emisarios un tajante “No” de parte de las autoridades altiplánicas. Los cuerpos de Elmo y su esposa, Genny quedaron sepultados en dos humildes tumbas en el cementerio de Cochabamba que, de vez en cuando, son adornadas con flores que depositan algunos amigos y estudiantes.

Numerosos homenajes se le rindieron al revolucionario chileno en nuestro país, un campamento de pobladores de Santiago fue bautizado con su nombre, el Partido Socialista hizo lo mismo con las agrupaciones de sus juventudes encargadas de la propaganda creando las “Brigadas Elmo Catalán”, las BEC, que durante el gobierno de la UP ilustró las paredes de Chile con consignas y murales y cuyos militantes fueron duramente torturados por la dictadura militar después del Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

Elmo Catalán tenía 38 años al momento de su muerte, la que conmovió fuertemente al medio periodístico nacional y en los distintos homenajes que se le rindieron se emitieron muchos conceptos para retratarlo, pero sin duda que el más acertado lo definía como “... uno de los más caballerosos adversarios políticos y leal compañero de rutas para quienes estuvieron en su senda.

Elmo Catalán forma parte de esa vanguardia revolucionaria de una generación que entró a la historia con grandes honores.

 

 

HÉROE DE LA RESISTENCIA CHILENA: ARNOLDO CAMÚ VELOSO

03.02.2018 16:19
Arnoldo Camú Veloso

"Héroe de la Resistencia Chilena: Arnoldo Camú Veloso."

El primer golpe de envergadura a la reconstrucción clandestina del PS ocurrió a escasos días del golpe de Estado, el lunes 24 de septiembre de 1973. En la calle Santiaguillo, y como consecuencia de una delación, fue detenido y asesinado a mansalva Arnoldo Camú Veloso, integrante del Comité Central y de la Comisión Política, miembro del directorio del vespertino socialista “Noticias de Última Hora”, y uno de los asesores jurídicos de la Presidencia de la República.

El 11 de septiembre, en el marco de sus responsabilidades como jefe del Aparato Militar del PS, formó parte del grupo de militantes de izquierda que resistió el golpe en las inmediaciones de la Población La Legua y de las industrias Sumar e Indumet. Una vez concluidos esos combates, tomó la decisión de sumergirse en la clandestinidad y mantenerse en el país, trabajando en la reestructuración de la fuerza partidaria.

Camú además había sido uno de los principales formadores de los “elenos”, una organización clandestina que se formó a mediados de los años 60 como “sección chilena” del Ejército de Liberación Nacional (ELN), fundado por el comandante Ernesto Che Guevara con el objeto de desarrollar la lucha guerrillera en Bolivia con bases de apoyo en los países limítrofes, como Perú, Chile y Argentina.

Camú era el mayor de tres hermanos y nació en Santiago, en 1937. Ex alumno de los Liceos Amunátegui y Manuel de Salas, se incorporó a la Federación Juvenil Socialista mientras estudiaba Derecho en las aulas de la Universidad de Chile. En 1960 viajó a Cuba a conocer el proceso revolucionario que estaba viviendo la Isla. Cinco años después integró una delegación de estudiantes al Congreso de Estudiantes por la Paz, que se iba a desarrollar en África. Durante la travesía, cayó asesinado Lumumba y debieron plantearse un nuevo itinerario, realizando una gira por países socialistas. Allí, sus convicciones se fortalecieron.

Tras recibirse, trabajó en el estudio jurídico que asesoraba a la Confederación de Trabajadores del Cobre, a los Empleados Bancarios y diversos sindicatos, como los de la Compañía de Aceros del Pacífico, Mademsa, Madeco, y los trabajadores del cuero y calzado, los panificadores, textiles y músicos de orquesta, entre otros gremios.    Mientras capacitaba a dirigentes sindicales, desarrolló sus condiciones docentes y formativas en el seno de las organizaciones de trabajadores. Se había titulado con la tesis “Estudio crítico de la huelga en Chile”. El trabajo fue publicado en 1964 por la Editorial Jurídica de Chile.

Inquieto y creativo, organizaba encuentros y campeonatos deportivos. Sus inquietudes intelectuales preferidas eran por la historia y la literatura. Amaba la vida al aire libre y destacaba con la práctica de distintos deportes.  Gozaba con la música, en especial de la clásica, los tangos y las milongas, pero aún más de una charla hasta tarde con sus amigos.

En 1961 se había casado con la enfermera Celsa Parrau Tejos, su eterna novia de los años de liceanos y también socialista. Juntos amaron, crecieron, soñaron y tuvieron dos hijos, Andrea y Álvaro. La familia lo recuerda como un padre, un hijo, un esposo y un hermano ejemplar, que se daba tiempo para la familia.

Con el propósito de construir la sección chilena del ELN, Guevara envió a Chile a Jaime Barrios Meza. Era un economista que, después de ser expulsado del PC, viajó a La Habana y trabajó con el guerrillero en el Banco Central de Cuba . En la única colectividad de la izquierda chilena que encontró acogida fue en el PS, a través del periodista Elmo Catalán Avilés, quien había sido jefe de prensa de la campaña presidencial de Salvador Allende en 1964, la cual provocó el efecto de un enorme escepticismo en la “vía electoral” en un sector del progresismo, toda vez que el candidato popular fue derrotado a raíz de una implacable “campaña del terror”, monitoreada y financiada por la CIA.

Catalán era por entonces periodista de “Noticias de Última Hora” y relacionador público de los sindicatos del cobre. Fue el asesor de los mineros de El Salvador en una huelga que terminó, el 11 de marzo de 1966, con 14 obreros asesinados. Tras el episodio, Catalán viajó a Cuba y a su regreso dio forma al ELN. Entre sus primeros convocados se encontraba su amigo Arnoldo Camú, su compañero en las filas del PS y el trabajo sindical, y Jaime Sotelo Ojeda, uno de los dirigentes del yacimiento de El Salvador, que fue detenido luego del movimiento.

El reclutamiento de militantes “elenos” se extendió a la Brigada Universitaria Socialista (BUS), específicamente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, incorporándose Beatriz Allende Bussi, Eduardo Paredes Barrientos y Domingo Blanco Tarrés. Carlos Lorca, de una generación posterior, también se sintió seducido por la convocatoria.

El grupo contribuyó a rescatar al grupo de cubanos sobrevivientes que lograron cruzar a Chile luego de la muerte de Guevara y que fueron acompañados a Tahití por el presidente del Senado, Salvador Allende. Después, brindaron apoyo a Inti Peredo Leigue, a cargo de la reorganización del ELN en Bolivia. Construyeron redes fronterizas e Inti ingresó clandestinamente a Chile. Al regresar a Bolivia lo acompañaron algunos “elenos”, entre ellos Elmo Catalán, quien más tarde fue asesinado en Cochabamba. Inti Peredo también cayó.

A la altura de 1969, el ELN se fusionó con otro destacamento político–militar clandestino que existía en el PS, denominado “La Organa”. La fusión conservó el nombre de “Ejército de Liberación Nacional”. Ese año y el siguiente, desarrolló escuelas de instrucción paramilitar y guerrilleras, de las cuales dos son detectadas: en Guayacán, en las inmediaciones de Santiago, y Chaihuin, al sur de Valdivia. En esta última ocasión, desaparece el joven socialista Quico Barraza.

La derrota de la experiencia guerrillera boliviana, unida al triunfo electoral de Allende, provocaron que la conducción de los “elenos” resolviera hacer suya la “vía chilena al socialismo”,  con la decisión de asumir la tarea de defender el proceso. Su primer esfuerzo en este sentido fue la creación del Dispositivo de Seguridad Presidencial, conocido como “Grupo de Amigos Personales” (GAP).

En enero de 1971, en el XXIII Congreso General realizado en La Serena, el ELN fue abrumadora mayoría, enarbolando la defensa del “proyecto allendista”, en pugna con los sectores más radicales, particularmente de origen trotskista, y con los moderados, alineados con Aniceto Rodríguez. Sus dirigentes son electos a las principales instancias de la organización y optan por un nombre de consenso para la secretaría general: el abogado Carlos Altamirano Orrego. Los “elenos” decidieron entonces su disolución total en la estructura partidaria.

En el Congreso, los “elenos” aprobaron además un voto político de homenaje al ELN de Bolivia:

El triunfo alcanzado por las fuerzas revolucionarias en Chile, con la victoria electoral primero y el establecimiento del Gobierno Popular luego, constituye un poderoso paso adelante en la lucha continental y mundial contra el imperialismo y las oligarquías de los países dependientes.

Esta victoria no pertenece sólo a los que batallaron en los límites de nuestras fronteras con valor y esfuerzo, sino que también a todos aquellos que en cualquier rincón del continente se alzaron rebeldes en contra del imperialismo norteamericano y los ejércitos títeres. Cientos de hombres y mujeres regaron con su sangre las calles y los montes de este continente, jalonando con sus vidas el largo y sacrificado camino de los pueblos en pos de su definitiva independencia. Ernesto Che Guevara constituye, indudablemente, el ejemplo más enaltecedor del revolucionario que comprende que su patria está donde sea que exista explotación, y que por esa patria vale la pena luchar y morir.

En estos momentos en que el socialismo chileno se encuentra alegre y vigilante ante las victorias alcanzadas, no podemos dejar de hacer alto para rendir un cálido y público homenaje a los revolucionarios que, convencidos que la “Patria es América”, siguieron el camino abierto por el Comandante Inmortal.

Por los compañeros chilenos: Elmo Catalán Avilés (Ricardo) Tirso Montiel Martínez (Pablo) Juan de la Cruz Olivares Romero (Cristián) Calixto Pacheco González (Rogelio) Guillermo Veliz González (Gastón) Julio Zamorano Acuña (Manuel) Hernán Ampuero Ferrada (Poporopo) José Miguel Celis González (Alberto), combatientes del ELN de Bolivia.

Otra importante decisión fue adoptada en el Congreso de La Serena, que no fue informada a la opinión pública. Se constituyó una estructura militar, en base a tres componentes:

– P4: El Dispositivo de Seguridad Presidencial. – P5: El Sistema de Contrainteligencia. – P6: El Aparato Armado del PS.

En la jefatura superior asumió Arnoldo Camú, recién electo miembro de la CP.  Al mando del GAP, destinó a los “elenos” Domingo Blanco y Jaime Sotelo. Como jefe de contrainteligencia quedó Ricardo Pincheira Núñez (“Máximo”), otro de los hombres del ELN y estudiante de Medicina de la Universidad de Chile. En estas labores debería coordinarse con el nuevo director general de la Policía de Investigaciones, Eduardo Paredes. Al mismo tiempo, se integrará al Centro de Estudios de Opinión Pública (CENOP), asesor directo del Presidente Allende.

Camú asumió directamente el mando del Aparato Militar, trabajando en forma directa con Exequiel Ponce, jefe del Frente Interno del PS. Lo conocerían en esa tarea con el nombre político “Agustín”.

En forma paralela a esas labores operativas, Camú también se dio tiempo para la elaboración política. En un trabajo que fue publicado por la revista socialista “Posición” del 4 de julio de 1972, polemizó con el integrante de la Comisión Política del PC, Orlando Millas, que un mes antes publicó un documento en “El Siglo”.

Comenzaba destacando las coincidencias con el PC, como “el principio de que ninguna revolución es tal si no se propone y no consigue alterar las condiciones en que la clase obrera participa en la actividad económica”. Por tanto, coincidía en advertir los peligros de limitarse al “capitalismo de Estado” si no cambia la actitud cualitativa en la administración de las empresas ya expropiadas. Camú manifiesta que “las gigantescas transferencias de propiedad sobre los bienes de producción” deben implicar “cambios en las relaciones de producción”.

Sin embargo, Camú subrayaba que esas materias no eran “lo medular” en el trabajo de Millas. “Lo más importante en este documento y en todos los documentos e intervenciones del PC de las últimas semanas”, señalaba, era la proposición de una “reorientación táctica en la política económica del Gobierno y en la línea de conducción de las masas”.

Al respecto, cuestionaba que “enfocar el problema de la correlación de fuerzas exclusivamente desde la perspectiva de la eficacia o debilidad para dividir al enemigo y neutralizar a los sectores influenciables y desde allí auspiciar una nueva táctica para el movimiento popular, es una postura equivocada que, unida a otros planteamientos publicitados por el PC, va configurando un claro cambio en la estrategia de la UP para la conquista del poder político”.

Camú sostenía que el error provenía de su “unilateralidad” en el análisis, pues no abordaba el problema de la correlación de fuerzas “en todas sus partes” y sólo consideraba un aspecto: el grado de división de los adversarios. Camú estimaba, por el contrario, que ésta debía apreciarse según “la capacidad de combate nuestra y del enemigo en relación a un objetivo determinado: la conquista del poder”. En ese punto, definitorio en su reflexión, había “muchos aspectos más preeminentes que los grados de cohesión o división del enemigo o la actitud de los neutrales para apreciar lo desfavorable o no de la correlación de fuerzas en una situación dada”. Entre esos aspectos –que Camú define como “grado, calidad y cantidad” de las fuerzas del proletariado– mencionaba, además de los factores cuantitativos, la organización, experiencia y tradición de lucha, la moral y mística, la decisión y audacia de los líderes, la justeza estratégica, el adecuado uso de los medios de comunicación, el terreno del enfrentamiento, los aliados. En definitiva, afirmaba, en esa correlación lo decisivo es “la propia fuerza de la revolución”.

>El día del golpe de Estado, Camú y los suyos estuvieron en la primera línea de la resistencia. De hecho, fueron prácticamente los únicos que intentaron resistir en forma organizada y militar el alzamiento castrense. Los hombres del “Aparato”, al mando de Camú, se congregaron en el Estadio de la CORMU (Corporación de Mejoramiento Urbano), cerca de Lo Valledor y luego partieron a la industria metalúrgica Indumet, en el Cordón San Joaquín.

Allí se produjo la primera reunión de la dirigencia de la izquierda. El PC anunció su resolución de no oponer resistencia. Al mismo tiempo, Camú fue informado que Carlos Altamirano ordenaba el repliegue del Aparato Armado.

Desde la sede de Gobierno, Eduardo Paredes logró comunicarse: “Comandante Agustín, La Moneda sigue resistiendo, pero la situación es muy difícil. ¿Cuándo van a venir a sacar al Presidente?”.

Camú acepta de inmediato la propuesta. Sabe que contraría la instrucción de Carlos Altamirano y que, por tanto, objetivamente rompe con la línea del Partido; no le importa mucho: el Aparato Militar desconfía profundamente de Altamirano y está dispuesto a sobrepasarlo en cuanto sea necesario. De todos modos, Camú no tiene la menor duda, como no la tienen los hombres del GAP: estar con Allende es la primera prioridad en ese momento decisivo.   Camú pregunta a Miguel Enríquez, el secretario general del MIR, “cuánto podrá aportar (…) a este intento desesperado. La respuesta es poco alentadora”. Aún así, Camú traza un plan. “Enríquez admira la asertividad de Camú, su serenidad y precisión para impartir órdenes. Parece que la desesperación estuviera fuera de su repertorio de emociones. Cada vez que toma una decisión, se puede tener la seguridad de que la ha pensado cuidadosamente, y siempre desde la lógica revolucionaria”. Enríquez piensa: “Si tuviese hombres como él”

Antes de alcanzar siquiera a implementar el plan, fueron cercados en Indumet y llegó la hora del combate. Tras evacuar Indumet, los socialistas partieron hacia la Población La Legua, a continuar la resistencia. Allí también estaba Exequiel Ponce, llamando con entusiasmo a los vecinos a sumarse. El laboratorista dental Francisco Cattani Ortega es el primer caído del grupo socialista. La lucha continuó en las industrias Sumar y Madeco. Mientras tanto, Jaime Sotelo y Domingo Blanco caían en la defensa de La Moneda, junto con Ricardo Pincheira, Eduardo Paredes y otros combatientes socialistas.

Ya consumado el derrocamiento de Allende, Camú asumió su responsabilidad y con otros dirigentes reestructuraron la Comisión Política, la quedó encabezada por Exequiel Ponce como secretario general subrogante e integrada por Gustavo Ruz Zañartu, como subsecretario de Frente Interno; Ricardo Lagos Salinas y Arnoldo Camú, en Organización; y Víctor Zeréga Ponce, en Frente de Masas. Más adelante, en octubre, se incorporaron los integrantes del Comité Central Fidelia Herrera, Alejandro Jiliberto y Luis Urtubia Henríquez, y Carlos Lorca.

Todos depositaban una enorme confianza en la capacidad política y operativa de Camú, su liderazgo interno y preparación para enfrentar las duras condiciones de la vida subterránea. “Agustín” era intensamente buscado por los aparatos de inteligencia desde el mismo 11 de septiembre. Presumían su responsabilidad en los focos de resistencia que se registraron ese día y tenían vagos antecedentes sobre contactos con oficiales constitucionalistas de las instituciones castrenses. En el Consejo de Guerra “Fuerza Aérea contra Bachelet y otros”, Rol Nº 1–73,fue sindicado como uno de los gestores principales de la “infiltración marxista” en la FACH .

Su hogar fue allanado en reiteradas ocasiones, la última vez el mismo día de su asesinato. Ese operativo fue dirigido por el jefe del Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea, Edgardo Ceballos Jones, hoy procesado en diferentes causas por violaciones de los derechos humanos.

Su esposa, Celsa Parrau, fue detenida en Indumet, adonde concurrió a trabajar en la atención de los heridos. Fue conducida a una comisaría y el mismo día al Regimiento Tacna. Allí pudo ver a los capturados de La Moneda y a grupos de otros prisioneros. El 13 de septiembre, al mediodía, a través de las rendijas del galpón en que estaban recluidas unas 90 mujeres, vio salir un camión que llevaba bultos que parecían cuerpos humanos. Cuando la sacaron del galpón, ya no estaban los detenidos en la sede de Gobierno.

Un testigo, Ernesto Gutiérrez Zegarra, presenció cuando Camú fue detenido el 24 de septiembre de 1973 por un grupo de civiles en la esquina de las calles Nataniel Cox y Santiaguillo. Iba a reunirse con un compañero de su partido. Al parecer éste fue detenido y entregó el punto del contacto. Camú fue introducido en un vehículo con las manos atadas, pero cuando el auto ya estaba en marcha intentó liberarse saltando a la calle. Sus captores le dispararon dándole muerte instantánea.

Su cuerpo fue llevado hasta la Posta Central y enviado luego al Instituto Médico Legal. Después de 15 días, el cuerpo fue encontrado en una fosa común del Patio 29 del Cementerio General.

Fue exhumado y reconocido por su hermano David, que años más tarde murió en Nicaragua sandinista, y por su suegro, Oscar Parrau Escobar.

Al momento de su ejecución, Arnoldo Camú tenía 36 años.

 

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