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CHILE: EL GABINETE FEROZ DE PIÑERA

05.03.2018 22:37

En la designación del Gabinete por el electo Presidente Piñera lo que se esperaba era un equipo cercano a las propuestas programáticas de la segunda vuelta, liberal en lo valórico y progresista en lo social como se lo prometió a la “derecha social”, con educación gratuita y todo.

Pero no, lo que se ha designado es un “gabinete de choque”, con “figuras controversiales” como Ministra de la Mujer a Isabel Plá que está en contra del aborto por tres causales, en Educación se ha escogido a un abogado de grandes empresas, Gerardo Varela, sin experiencia alguna en el sector, conocido columnistas en contra de la educación gratuita y no selectiva, en el Ministerio Desarrollo Social se selecciona al Presidente de Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alfredo Moreno, que además salvó del descalabro al Grupo Penta, cuyos controladores terminaron en la cárcel por colusión entre política y negocios,fue el primer caso bullado sobre el tema que solo financiaba ilegalmente a los partidos derecha, el cual fue opacado después por el caso SQM que corrompía a todos los partidos sobre todo a los de la Concertación-Nueva Mayoría. Este es un Gabinete que responde al “relato” de la primera vuelta que electoralmente fue un fracaso. Tanto es así que por lo mismo el próximo gobierno no tiene mayoría en el Parlamento, pues si bien Chile Vamos eligió 72 diputados, no obstante la oposición al Gobierno de Piñera contaría con los 43 diputados de los saldos restantes de la Nueva Mayoría, más, los 20 del Frente Amplio (FA), van 63, más los 14 de la Democracia Cristiana, van 77, más los 4 diputados del Partido Regionalista Verde (PRV), llegamos a 81, además hay una diputada del Partidos Progresista, entonces estamos llegando a 82 diputados de la eventual oposición ante 72 del Gobierno, cierto es que algunos del Partido Radical, DC o PRV pueden hacer sus “negociaciones particulares”, pero para el próximo gobierno la situación parlamentaria está cuesta arriba.

¿Es entonces todo esto una equivocación? por cierto que no. Si bien la mayoría nacional es de centro izquierda como es constatable en la pasada elección parlamentaria, ya explicado más arriba, pues bien de la misma manera como desde ese 50% de los electores que al decir del diputado Víctor Torres (DC) no se sienten “convidados a la política”, Piñera logró extraer ese 10% que le dio el triunfo sobre Guillier, bien se puede hacer un esfuerzo más para movilizar más sectores conservadores, temerosos del cambio o francamente autoritarios, hay un fondo de seis millones de electores donde salir a buscar. Dicho al pasar, tal vez esa segunda vuelta donde Piñera ofrecía un programa que parecía el sexto gobierno de la Concertación, más bien tranquilizó a muchos votantes de la vieja izquierda decepcionada y a otros tantos de la nueva izquierda desconfiada quienes no fueron a votar.

Ahora, Piñera con este Gabinete a contrapelo bien se puede estar proponiendo superar la carencia de relato que tuvo en su primer gobierno, la “épica” ahora podría construirse con una lucha frontal contra el crimen y el narcotráfico, la estrategia Duterte – Presidente de Filipinas que persigue a sangre y fuego tanto a narcotraficantes como a usuarios, con más de 8.000 ejecutados extrajudiciales en el último año y que tienen un 80% de respaldo entre su población-; asimismo,la nueva épica puede plantearse la lucha frontal contra la corrupción de la política por las empresas privadas, pues los principales implicados de la derecha ya cayeron, tales como Novoa, Cardemil, Longueira, Moreira, Orpis, Goldborn o Von Baer, en cambio, queda mucho por aclarar de la campaña y precampaña electoral de la Presidenta Bachelet, así como en las otras campañas presidenciales, parlamentarias y municipales de la NM y el PRO; también, el nuevo Gobierno se puede proponer, sobre todo,la lucha contra la corrupción y lenidad de la administración pública, en especial en contra de aquella que aconteció entre quienes los antecedieron en el poder: caso Carabineros, caso Ejército, caso SENAME, caso SQM, caso CODELCO, etc., etc., etc.

La ofensiva política hacia donde apunta este Gabinete es muy coherente con lo que acontece en la región contra el progresismo, para comenzar con el patético caso de Venezuela, así como el de Argentina donde el peronismo es mayoría pero está dividido, Brasil con una expresidenta destituida y un candidato presidencial del Partidos de los Trabajadores, hasta ahora largamente triunfante en las encuestas, pero condenado a prisión por corrupción , lo mismo es de esperarse en Bolivia con el intento de Morales de volver a repetir en la Presidencia, o la crisis en ciernes que se avecina en México con el eventual triunfo presidencial del izquierdista López Obrador.

Se puede suponer que tal ofensiva ética y moral contra el equipo del actual gobierno y la NM como épica de la derecha desde el Gobierno no es posible con la legislación actual y un Parlamento en contra. Pues bien, la actual legislación obviamente lo hace posible porque es producto de la política de los acuerdos de los partidos del orden que instauraron el poder binominal protegido por la Constitución Pinochet-Guzmán, eso es lo que acaba de ser demostrado con la “Operación Huracán”, donde Carabineros fragua pruebas penales y, eventualmente, puede haber producido hechos criminales, además, siempre “las cosas se pueden hacer bien” sobre todo en el Ministerio Público, para que no haya trascendidos. Las reiteradas provocaciones del alto mando de Carabineros al actual Gobierno saliente, incluidas las inoportunas vacaciones del General Director a Miami, aparecen como una “precuela” del trato que recibirá este equipo gubernamental saliente por el Gobierno entrante.

En una ofensiva moralista de la derecha y su gobierno contra la corrupción política obviamente que el FA no se va a sentir obligado a defender a los ex funcionarios del Gobierno de la Nueva Mayoría, tanto más cuanto que, su diferenciación con esta es más moral que política. Lo mismo acontece con el PRO y PRV.

Sobre el poder del Parlamento el suyo está notablemente relativizado si no son necesarias modificaciones legales a aprobar, su iniciativa legislativa se limita a las declaraciones de principios, como acaba de acontecer con el Contrato de Explotación del Litio entre CORFO y SQM, donde los diputados acordaron :“este acuerdo es una renuncia por parte del Estado a tomar por sí mismo la producción del litio a través de una empresa pública, con plenas facultades y financiamiento y, a la vez, constituye la perpetuación de la relación que tiene Chile con una empresa que no tiene la probidad necesaria para suscribir un nuevo contrato para la explotación del litio dado que no ha dado cumplimento a las leyes en diversas oportunidades”. Si bien el proyecto de resolución fue aprobado en la Sala, por 38 votos a favor, 17 en contra y 15 abstenciones, no tiene ningún poder vinculante para el Poder Ejecutivo. Entretanto, SQM además de este ventajoso contrato que le triplica el volumen del litio a extraer pese al incumplimiento contumaz del anterior, se ha beneficiado de la suspensión de su responsabilidad penal por haber sobornados a políticos, parlamentarios y funcionarios públicos a cambio de una multa, esto en todas partes del mundo se llama “hacer el oso”.

Sabido es que entre elección y elección se gobierna, y hace oposición, mediante encuestas por muy desprestigiadas que estén, por los demás, las elecciones mismas están notablemente deslegitimadas por su baja convocatoria. Y aquí el efecto moralizador a la Duterte con una “efectiva lucha nacional” contra la delincuencia, el narcotráfico, la corrupción privada y, sobre todo, la pública, puede tener similares resultados en las encuestas de opinión que “salir a matar narcotraficantes y drogadictos” e ir construyendo una real mayoría de derecha para las próximas elecciones, municipales, regionales y las venideras parlamentarias y presidenciales.

* Ibán de Rementería Sociólogo y politólogo, profesor en la Universidad de Chile y Nacional de Colombia. Es militante del PS en Valparaíso.

CUANDO LOS OBREROS VERANEARON EN ROCAS DE SANTO DOMINGO

27.02.2018 14:56

En uno de los balnearios más exclusivos de Chile, alguna vez se emplazó uno de los 17 “balnearios populares” que el gobierno de la UP acondicionó para quienes no podían darse el lujo de unas vacaciones. En 1972 y 1973, obreros textiles de Santiago veranearon en la playa norte de Marbella. Tras el Golpe, esas cabañas sirvieron como escuela de instrucción para la DINA y lugar de solaz para militares. El documental “Un Verano Feliz”, disponible hoy en YouTube, contiene las únicas imágenes en movimiento que quedaron de ese sueño.

Al llegar a Rocas de Santo Domingo, tras cruzar el río Maipo desde San Antonio, las banderolas dispuestas en la vereda proclaman que se arriba a una Comuna Parque. Basta una mirada a los lomajes cercanos a la playa para constatar la fuerte impronta de clase –acomodada– del vecindario. Algunas casonas se erigen con vista al mar. No hay transporte público hasta las playas. En el acceso a la comuna se erige un letrero con un largo y detallado Se Prohíbe. Años atrás, en el fundo Los Boldos pasaba sus últimos días Augusto Pinochet. El antiguo alcalde Fernando Rodríguez Vicuña, padre del actual, lo había declarado Hijo Ilustre.

Cuesta adivinar que hace poco más de 40 años, por aquí mismo, en la oscuras dunas que rodean la playa norte de Marbella, se emplazó uno de los 17 “balnearios populares” que concretaban la medida 28 del programa de la UP: aquella que prometía fomentar el turismo y la actividad física entre esa mayoría que ignoraba por completo qué eran unas vacaciones. Los balnearios se ubicaron desde Chacaya, en Iquique, hasta Playas Blancas en Lota. Según Miguel Lawner, director de la CORMU (antigua Corporación de Mejoramiento Urbano), “se buscaron localizaciones en las mejores playas del país, aprovechando terrenos en poder de Bienes Nacionales o adquiriéndolos a particulares según las normas vigentes a la época”.

En Rocas de Santo Domingo fue el municipio el que transfirió este terreno al MINVU, en 1971. Al igual que en otros balnearios, se erigió un conjunto de cabañas con techos en forma de A, compuestas por paneles de pino insigne que se ensamblaban sobre poyos de cemento. Además, se construyó un comedor, su respectiva cocina, una posta de primeros auxilios y un módulo de baños públicos. 500 personas podía recibir, cada vez, este centro.

Las cabañas estaban diseñadas para acoger a familias de 6 personas, ya que se consideraban los abuelos y allegados. “La familia nuclear era más grande en esa época”, recuerda Lawner.

El balneario comenzó a funcionar en diciembre de 1971. Fue entonces que Alejandro Segovia, un cineasta autodidacta avecindado en Valparaíso, le propuso a su amigo Carlos Fénero –encargado del departamento de Cine y TV de la CUT– realizar un documental acerca de esta experiencia vacacional proleta. La película se llamaría “Un Verano Feliz”.

“Algunos no conocían el mar”

Con el visto bueno de la CUT, Fénero y Segovia se pusieron manos a la obra en el verano de 1972. La historia era sencilla. Mostrar cómo un obrero y su familia podrían gozar de unas vacaciones. Las escenas de la fábrica se rodaron en la Textil Progreso, ubicada en el cordón industrial de avenida Vicuña Mackenna. La fábrica de 800 obreros había sido estatizada por Allende. “Les conté que íbamos a llevar un actor y que los obreros podrían ser extras. Les explicamos que no podían mirar a la cámara”, evoca hoy Carlos Fénero, productor del filme.

El protagonista de “Un Verano Feliz” fue un jovencísimo actor llamado Samuel Villarroel, quien en los años 80 se haría popular en el programa infantil Patio Plum. Su pareja ficcionada en el documental fue Tegualda Tapia. Ambos estudiaban teatro en la sede porteña de la Universidad de Chile y militaban en la Jota.

El rodaje en Rocas de Santo Domingo tomó dos semanas. “Había gente que no sólo vacacionaba por primera vez, sino quienes ni siquiera conocían el mar”, recuerda Villarroel.

“El primer día en el balneario, cuando había tertulias familiares con fogatas, tuve que decirles (a los obreros textiles) quiénes éramos y en qué andábamos”, cuenta Fénero. “Varios sabían. Y les pedimos su colaboración. La gente aplaudió. Fue muy lindo”.

“Un Verano Feliz” se estrenó en la escuela de Derecho de la sede porteña de la U. de Chile, en 1972. Luego sería mostrada brevemente en el cine Bandera de la capital, en los programas que la CUT realizaba en convenio con Chilefilms. No hubo más. Vino el golpe y el ejército asoló las dependencias de la sindical y su Departamento de Cine. Muchas cintas fueron destruidas. Otras se extraviaron.

Hoy, en su casa del barrio Playa Ancha, Daniela Segovia recuerda que su padre le contó cómo había escondido los rollos de 16 mm del documental. Poco antes del golpe, Alejandro Segovia era director de Radio Caupolicán. Fue arrestado por los marinos el 12 de septiembre. “Después lo llamaron a presentarse a la Academia (de Guerra Naval).

Estuvo varios días preso y lo interrogaron. Cuando lo soltaron, escondió su copia de “Un Verano Feliz” en un saco de papas, en el patio trasero de la casa”, cuenta. De ese modo protegió las únicas imágenes en movimiento que se conservan de un balneario popular.

El de Rocas de Santo Domingo alcanzó a funcionar dos veranos, 1972 y 1973. Tras el golpe, fue anexado al vecino regimiento Tejas Verdes, dirigido por Manuel Contreras. La Textil Progreso, como las demás fábricas del cordón Vicuña Mackenna, fue invadida a sangre y fuego. Varios obreros fueron asesinados.

Lugar para la memoria

Ana Becerra, presidenta de la Fundación por la Memoria de San Antonio, estuvo dos veces detenida en Tejas Verdes. Recuerda cómo, en una oportunidad, la esposa de un DINA que se encontraba torturando prisioneros le gritó desde el exterior de una de las cabañas que se iba a la playa, porque se había aburrido de esperarlo y “se suponía que tú sólo trabajabas de noche”. “Santo Domingo ha sido difícil de recopilar porque los sobrevivientes han sido muy pocos. No está siquiera en el Museo de la Memoria”, señala.

A fines del 2013, pretextando una orden del municipio, el Ejército demolió las cabañas. Hoy sólo son visibles los poyos y el piso del comedor. Fue “la destrucción de la evidencia”, dice Ana. Para ella, esto tiene que ver con el encausamiento de Cristián Labbé y el desafuero del diputado Rosauro Martínez (RN), bastante conocidos en este predio en las semanas posteriores al golpe. El impacto causado por las revelaciones del libro “El despertar de los cuervos”, del periodista Javier Rebolledo, también pudo apurar este derribo.

En noviembre de 2014, la Fundación logró que el Consejo de Monumentos Nacionales declarara el predio “Patrimonio Histórico”. Así, por lo menos, “los cimientos que quedan (del balneario popular) y que son el testimonio de lo que existía, ya no se deberían tocar”, señala Milko Caracciolo, integrante de la Fundación. Lo anterior es particularmente sensible en Rocas de Santo Domingo. “A nosotros nos interesa que ese grupo privilegiado, que muchas veces se mantiene al margen de lo sucedido en nuestro país, también se eduque en los derechos humanos”, sostiene Caracciolo.

Por eso, aunque del balneario popular y posterior lugar de exterminio sólo queden las ruinas, a su lucha por convertirlas en un Parque para la Memoria ellos le han llamado “La reconstrucción del sueño”.

 

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