“IGUALDAD, LIBERTAD Y FRATERNIDAD”: LA MASONERÍA FEMENINA SALE A LA CALLE ESTE 8 DE MARZO

08.03.2019 13:45

“Igualdad, libertad y fraternidad”: La masonería femenina sale a la calle este 8 de marzo

En la calle Tegualda de la comuna de Ñuñoa, en una casona alta de muros totalmente blancos, se encuentra la sede de la Gran Logia Femenina de Chile. En su interior, y luego de pasar un patio que tiene una pequeña estatua de una escuadra y un compás, se repite la monotonía del color blanco de la fachada y las estructuras simples y rectas. En las paredes no hay cuadros, ni adornos, ni nada que haga contraste con la seriedad que emana el edificio, excepto una cosa: un cartel morado que llama a marchar este 8 de marzo. En una entrevista exclusiva para The Clinic, la Gran Maestra de la Logia, Carmen Mardones, explica quiénes son las masonas y por qué decidieron adherir este año a la convocatoria por el Día Internacional de la Mujer.

 

— Ahora les voy a mostrar el templo más antiguo— dice Carmen Mardones, mientras abre unas puertas altas de madera recién refaccionadas.

“El universo” es el nombre que se le da al templo. La Gran Maestra de la Gran Logia Femenina de Chile atraviesa la sala hasta llegar a su silla de madera y cuero, con un respaldo alto que corona con el emblema de la escuadra. Desde allí, se pueden apreciar los signos del zodiaco que rodean el techo, acompañados por una cadena que simboliza la unidad. Pilares que sostienen globos terráqueos y, en el piso, un mosaico de cuadrados blancos y negros, que representan la dualidad del ser humano. En el centro del salón, hay una pequeña mesita donde se apoyan un candelabro y una biblia.

Nuestro lema de la marcha será: “vamos por la educación laica y no sexista”— afirma Carmen Mardones, planteando una aparente incoherencia con el libro sagrado de la religión católica, que es un elemento central en sus asambleas. Pero esto, según la profesora diferencial, es solo eso: una apariencia que genera un mito. Esto mismo ocurre con varios principios de la masonería hasta el punto de que la sociedad les cuestiona, incluso, si pueden ser feministas, según afirma.

En la marcha del 8 de marzo, cuando la Gran Logia Femenina de Chile adhiera por primera vez a la convocatoria del Día Internacional de la Mujer, por lo menos esta materia, el mito será derribado.

¿Qué es la Logia Femenina y cómo funciona en Chile?

La Logia Femenina es una institución conformada por mujeres, que este próximo mes de mayo cumplirá 36 años de funcionamiento. La masonería, en general, había sido un espacio exclusivamente de hombres. Fue en el año 70, aproximadamente, que mujeres inquietas decidieron formar nuestro propio espacio. Se dio la oportunidad de formar una logia propia que fue “Araucaria n°3”, que dependía del rito del Gran Oriente de México. A partir de ahí, nosotras nos independizamos el año 1983 como Gran Logia Femenina de Chile.

Nosotras venimos a esta institución para formar mujeres de espíritu libre, con un pensamiento crítico, y con valores y principios que nos rigen. Esos valores nos permiten crecer y avanzar en este perfeccionamiento personal y espiritual, lo que, por ende, después de un par de años de estudio en distintos temas – políticos, sociales y culturales – y dedicación, nos van a permitir ser mejores personas, y de esa forma, aportar a la sociedad.

¿Por qué aportar a la sociedad debe hacerse, desde su perspectiva, desde un espacio cerrado y no desde uno abierto donde se puedan compartir avances o aportes con todos?

Porque primero nos tenemos que formar nosotras. Al ser una institución iniciática, filosófica, humanista y ética, esto nos permite hacer una construcción desde los aspectos del conocimiento, desde los aspectos sociales, y prepararnos en todos los ámbitos que requiere la sociedad para, desde allí, salir. Pero primero tenemos que hacer un trabajo en nosotras mismas, de forma individual y, por supuesto, en una forma colectiva también.

Yo y mis hermanas, mis hermanas y yo. De esa forma podemos estar preparadas para servir a la sociedad.

La Masonería está asociada a una suerte de “secretismo”…

El secretismo es un mito. Como tú acabas de ver, ustedes han tenido la oportunidad de conocer todos nuestros espacios. Hemos dejado algunos lugares que son propios nuestros, que son las cámaras de reflexión. Por supuesto que eso no se los hemos mostrado, porque eso es privado para las mujeres que van a ser iniciadas, en esos espacios ellas se van a encontrar con elementos simbólicos que solamente son para ellas. Pero no hay nada oculto ni secreto dentro de nuestra organización.

¿Por qué hay una biblia en el templo si dicen que en su organización hay libertad de culto?

Ahí hay un error de desconocimiento. Porque la masonería femenina está compuesta por un variado universo de mujeres. Hay de diferentes edades, de diferentes credos, religiosos y políticos, de diversas profesiones, oficios y actividades.

En cuanto a la biblia, se entiende que es un libro universal. Podría ser un libro con páginas en blanco; también podría servirnos. Pero la biblia es un símbolo universal y por eso la tenemos en nuestros templos, porque con eso estamos respetando los credos de un sinnúmero de hermanas que son católicas, agnósticas, judías, budistas, evangélicas, etc.

¿Qué significan las siglas A.L.G.D.G.A.D.U. que estaban en las banderas del templo?

“A La Gloria Del Gran Arquitecto Del Universo”. Con estas siglas englobamos todas las creencias. Yo puedo creer en Jehová, puedo creer en Dios, puedo creer en Mahoma, etc. Y con esas siglas representamos y respetamos todas las creencias de cada una.

LAS DE ANTES Y LAS DE AHORA

¿Cómo fue el proceso de independización de la Logia masculina, dentro de un contexto de dictadura y con un feminismo que no estaba tan en la palestra como hoy?

En esos años un grupo de mujeres fundadoras, perseverantes, luchadoras y empeñosas en sacar una masonería exclusivamente femenina, hicieron todo ese trabajo y lograron independizarse. Independizarse para tener nuestros propios espacios porque, desde el punto de vista del género, nosotros somos diferentes y queremos seguir trabajando desde nuestra óptica de mujer.

Ese fue un proceso largo, duro y doloroso, donde hubo un par de años de la dictadura en que tuvimos que dejar de trabajar porque no había templo, y esas eran las condiciones. Hasta que pasamos de nuevo a la normalidad.

¿Cuáles son las problemáticas de género que enfrentaba una mujer antes de que se formara la Logia Femenina?

Principalmente era este patriarcado que está asumido en nuestra cultura chilena. Al inicio tú eras Carmen Mardones DE Cerda, por ejemplo. Y por supuesto que, para asistir a las reuniones, en algunos casos, la mujer no tenía la independencia que tenía ahora. Tenía que solicitar permiso a su marido, o éste la iba a dejar y a buscar.

Ahora la mujer tiene otro nivel de independencia. Ha alcanzado algunos espacios, ha luchado por ellos y en estos momentos somos mujeres por nosotras mismas: Carmen Mardones.

Esta sociedad ha ido cambiando y, a su vez, la óptica, las posturas de las mujeres y las luchas por nuestros deberes, se han ido modificando. Esto no ha sido fácil y, por supuesto, el momento en el que estamos ahora es por mujeres que nos han precedido. Por la lucha que ellas dieron antiguamente, no la nuestra.

No sé si las mujeres actuales tendrían la misma capacidad que ellas. Me parece que no.

¿Por qué?

Porque ahora todo es inmediato. Está todo dado, todo resuelto o casi. Antes, por ejemplo, nuestras fundadoras para poder hacer una reunión tenían que juntarse en un lugar prestado. Cada una llevaba en su cartera el té y otras llevaban un quequito.

En este momento, si tú te reúnes aquí en las cámaras, eso está resuelto. Lo resuelve la Logia, entonces no te cuesta. Las hermanas tenían que sacar plata de sus bolsillos antes para ir a hacer docencia a regiones, y llegaban a casas de queridas hermanas. En este momento, cuando viajan a hacer docencia, van o en bus, o en avión, y a un hotel. Entonces, por esa razón pienso que las mujeres de ahora no tienen el mismo espíritu de sacrificio y de lucha que antes.

Hoy los hijos de 30, 35 años aún viven con sus padres. Tienen casa, comida, ropa, todo resuelto. Y eso es una gran mayoría. Por eso pienso que las condiciones son diferentes.

 

MARCHA 8M

Como institución, ¿adhieren o no a las causas feministas?

Nosotras adherimos a todas las problemáticas de la mujer. Al ser mujeres, nos tienen que preocupar nuestros derechos y todas las temáticas relacionadas con el desarrollo del género.

Esta es la primera vez que la Gran Logia Femenina de Chile va a asistir a una marcha porque estamos preocupadas por la igualdad de oportunidades y la brecha laboral, que son temas importantísimos. Estamos muy preocupadas porque la mujer acceda a cargos de liderazgo, que en su mayor parte son ocupados por varones.

Estamos preocupadas de erradicar toda violencia contra la mujer, y también de los derechos sexuales y reproductivos. Nosotras tenemos nuestros propios derechos y somos quienes debemos decidir. No que decidan por nosotras.

Están a favor del aborto.

Sí, estamos a favor del aborto, pero bajo las tres causales. Eso porque hay una diversidad muy grande de opiniones. Hicimos una encuesta y no estábamos todas a favor del aborto libre.

Esa es otra cosa. En la masonería no puede, frente a cualquier tema, tener una única opinión, porque eso va en contra de nuestros principios. Aquí pensamos que todas las opiniones tienen una verdad. Por lo tanto, hacer una declaración donde se englobe a las 1.500 mujeres que integran la Gran Logia Femenina de Chile, es imposible.

Lo que sí podemos hacer es un acercamiento a un porcentaje mayoritario de opiniones. Y ese es el porcentaje que decidió marchar.

¿Por qué adhieren recién este año y no antes?

Porque antes no estábamos preparadas. No había una madurez masónica… No, en realidad no es que no hubiera madurez, sino que no estaban dadas las condiciones.

Las masonas tienen temor de que la visualización hacia afuera no sea la correcta, no sea la que nos represente desde nuestro punto de vista iniciático. Si hay alguna acción que nos puede dejar expuestas, eso es una preocupación para nosotras.

Todavía existen muchos mitos sobre lo que es la masonería. Dentro de esos mitos, está el de que somos un grupo elitista, que somos un grupo que quiere tener altos cargos públicos, pitutos, etc. Entonces es complejo, porque hay muchas masonas que pueden ser despedidas si aparecen en la marcha.

La gente todavía pone la cruz a las masonas y los masones. Por eso hay que respetar que hay hermanas que pueden salir a la calle y otras que no. Las masonas igual asistíamos a las marchas, solo que no como organización, porque para todo acto público se necesita una cierta preparación. Se necesita una cohesión total, que todas estén de acuerdo.

Yo, por ejemplo, no he ido jamás a una marcha. Esto va a ser una experiencia nueva para mí. Yo soy la Gran Maestra y voy a ir ahora recién a marchar. Entonces comprenderás que es un proceso paulatino, que requiere de muchas etapas, y estamos avanzando.

ELITISMO

¿Ustedes no se consideran entonces una organización de élite?

O sea, elitista no, porque estamos más abiertas. Antes, para ingresar a la masonería femenina, necesitabas ser invitada por una maestra.

Ahora nuestra página web, fuera de contar todas las actividades masónicas que realizamos, también tiene un espacio para postular, para una profana que no es recomendada por una mujer masona. Eso también significa una apertura, pues, por lo general, todas estas solicitudes tienen resultados positivos.

Pero y en la práctica, ¿no son de un estrato socioeconómico alto o acomodado la mayoría de las participantes de la Logia?

O sea, tienen que tener alguna solvencia económica. Vale decir, tienen que tener un trabajo para poder pagar una mensualidad, como en toda organización que se crea.

Pero no es cierto que la mayoría de la gente tenga una situación acomodada. Un gran número somos profesoras y tú conoces el sueldo de las profesoras. También tenemos estudiantes, que tienen una cuota mínima.

Mira también donde estamos ubicadas. Es Ñuñoa, no estamos en Las Condes o La Dehesa.

Pero tampoco están en La Pintana o en San Bernardo.

No, claro. Igual hay un cierto elitismo en el sentido que la gente que entra acá también tiene que gustarle leer, tiene que haber una cierta preparación. Yo creo que por ahí van nuestras barreras, en el elitismo académico.

Pero efectivamente, por ejemplo, una asesora de hogar, que gana 400 mil pesos, que vive en La Pintana y va a trabajar a La Dehesa, figúrate lo que se demora en llegar a su casa en la noche, y a preparar comida para sus hijos. ¿Ella va a tener la posibilidad de ir a un espacio para pensar y reflexionar? No lo creo. Y esto también es culpa de que vivimos en una sociedad patriarcal, en que la mujer tiene estas responsabilidades y más. 

* The Clinic - Sebastián Reyes