MARIO AGUILERA, TESTIMONIO DE LONDRES 38

13.08.2017 21:22

NO ES UN DÍA CUALQUIERA ….

Hoy no es un día cualquiera, al menos para mí, ya han pasado muchos años, 43 para ser exactos, el 12 de agosto de 1974, fui detenido por la DINA, no les haré todo el recorrido, en buena parte ya lo escribí, algunos dirán olvidemos el pasado, dejemos eso atrás, lamentablemente eso que ocurrió en aquellos años vuelve día a día, recién ayer luego de 15 años se viene a saber que al Presidente Frei, lo asesinaron, días antes el tema era y es el cierre de Punta Peuco, otra vez la discusión sobre los viejitos enfermos allí condenados. Ellos, los mismos que piden clemencia por los viejitos, olvidan que quienes allí cumplen sus condenas, asesinaron a otros que al momento de morir eran viejitos y a otros que en ese momento eran niños.

Muchos, mejor dicho, la mayoría de esos viejitos condenados, hoy estarían en sus casas, pasaron decenas de años callados, guardando silencio, silencio cómplice y gracias a la labor de los tribunales, de la policía y de los testigos se fue tejiendo la verdad y fueron descubiertos. Si hubiesen hablado antes, aquellos condenados a 5, 10 o 20 años de prisión ya estarían en sus casas. La edad no es impedimento para cumplir condenas, hace solo unos días un alemán de 95 años entró a la cárcel por su participación en crímenes en la segunda guerra mundial, Klaus Barbie, el carnicero de Lyon, fue detenido en Bolivia y condenado a perpetua por crímenes contra la humanidad en Francia, murió a los 77 años en la cárcel con leucemia.

Son sólo algunos ejemplos, las páginas de esta historia se irán cerrando con verdad y con justicia. Uno, ya más viejo se emociona con más facilidad, hace algunos días hubo un homenaje a Alejandro Parada en el Museo de la Memoria, entregué mi testimonio y no fue fácil. Y así como para su familia, hay muchas, muchas otras familias que arrastran esa pena enorme por más de 40 años, no tienen lugar para llorar, están todavía desaparecidos. Algunos reclaman por la existencia del Museo de la Memoria, imaginen cuanto y cuantos no hubiesen querido que jamás existiera, ellos los que no están se transformaron en fotos, en poema o en canción, mil veces que estuviesen aquí junto a los suyos, pero no están y les recordamos.

Yo trabajo, vivo, leo, escribo y río, si es verdad soy alegre, y esa alegría de vivir la debo y agradezco a muchos, a mi familia, a mi esposa, a mis hijos y a mis nietas, pero también a mis amigas y amigos, a mis compañeros de trabajo, a mis colegas, a mucha gente que no conozco y no sabe lo que pasé, son muchos los que día a día me ayudan a superar aquello y vivir sin rencor, con ganas de vivir y con ganas de seguir luchando.

Aquellos sueños siguen vigentes, y los que nos dejó el pasado está todavía aquí, siguen las AFP, las Isapres, la añeja constitución y el Tribunal Constitucional y nos recuerdan en cada momento que los civiles que apoyaron eso, apoyaron y en casos se apropiaron del agua, de las mineras, del litio, de la electricidad, de la educación, del transporte donde hubiese negocio allí estaban. Aún nos queda el aire, el sol y la luna para seguir soñando y seguir viviendo. Les voy a compartir una vez más lo que comencé a escribir también un 12 de agosto, ya que para mí no es un día cualquiera.